martes, 2 de octubre de 2012

Tengo que leer, tengo que leer, tengo que leer. Por más que me lo repito no logro hacerlo, es una idea en potencia digamos. Para lograr la sensación de a-temporalidad sólo necesito un día completo en mi casa sin molestarme por salir, con todo lo necesario a mi alcance. No necesito cambiarme de ropa, puedo quedarme en pijama y a nadie le molesta, es más cómodo. El deber llama, tienes que leer y hacer tu reporte, tienes que leer y hacer la guía de estudio, tienes que leer. De pronto recuerdo cómo me divertía a mis 16 años, desperdiciando cada instante en lo que me viniera en gana, no preocuparme por aprovechar el tiempo ni nada a mi alrededor, cuántas locuras, cuántos deseos. Un día en la prepa, un día largo...entrar a clases o no, ver a alguien especial, sonreírle a ese chico pequeño de cabello fascinante, cantar con tu mejor amiga. Tengo que leer, olvida los recuerdos por ahora. Voy a la cocina, me sirvo algo de fruta, encuentro un yogurt, regreso a mi cuarto y me dispongo a leer, pero qué va es demasiado temprano, 9:00 am? no inventes no es hora de leer, buscaré algo interesante en la red mientras desayuno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario