sábado, 10 de septiembre de 2011

No hay de qué.

De nuevo pasa, me veo aquí, sola. La mejor compañía es un libro, un texto, una frase.
¿Sientes el frío en tus manos?
La noche está ligeramente callada, mi hermana duerme en la cama de al lado.
No dejo de pensar en esa persona, en su mirada triste, melancólica.
Apenas 3 segundos fueron suficientes para entenderlo, para sentir que el silencio gritaba más de lo que podía soportar. Me alejo del espejo, siento el aire entrar por los bordes de la ventana, mi cuerpo se hunde en la cama apenas tendida, ya es tarde pero no tengo a donde ir, me mal cubro con una sábana, el frío invade mi cuerpo.
Cierro los ojos y empiezo a tener un sueño, las imágenes son borrosas y de pronto me despierto bruscamente, veo el reloj, han pasado 13 minutos.
Me invade una nueva soledad, es más grande que la primera. Cierro los ojos, vuelvo a soñar. Media hora después me levanto aún con sueño, arreglo mi cama, algunas cosas caen al piso y las levanto sin detenerme a observarlas. Hay alguien frente a mí, no me atrevo a voltear, torpemente me pongo mis tenis tomo las llaves y salgo del cuarto.

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